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El Cuerpo Incorrupto de Bernadette

Don de la incorrupción: preservación parcial o total del cuerpo, o partes de él, que ocurre mucho tiempo después de la muerte y, en algunos casos, puede prolongarse durante cientos de años. Este es un don que Dios otorga especialmente a sus amados santos.

La mayoría de las veces los cuerpos incorruptos de los santos se encuentran intactos cuando son exhumados como parte del proceso de Canonización. Siendo así, esta conservación de los cuerpos es una señal extraordinaria de santidad. Y es lo que sucede con Bernadette Soubirous, la mujer que vió a la Virgen María a sus 14 años.

El cuerpo de Bernadette se encontraba en el cementerio del Convento de las Hermanas de la Caridad en Nevers cuado se decidió hacer la exhumación en el año 1909, el 22 de septiembre, 30 años después de la muerte de Bernadette Soubirous, su cuerpo fue retirado del ataúd para ser exhumado.

Aquel día, durante la exhumación, dos médicos forenses revisaron el cuerpo y notaron algo inexplicable: para su asombro, el cuerpo no tenía signos de descomposición.

De hecho, no había olor salvo el de la humedad de su habito del convento, el cual cubría su cuerpo. Solo la cara, las manos y los antebrazos quedaban expuestos. La piel estaba unida a los músculos y los músculos estaban unidos a los huesos.

Al observar de cerca, su cara estaba marchita y clara, inclinada levemente hacia la izquierda. Los parpados cubrían las cuencas de los ojos. La nariz estirada y arrugada. Asimismo, los labios levemente separados, dejando ver los dientes en su posición natural.

Sus brazos estaban cruzados sobre su pecho y en sus manos sostenía un rosario. Se podían notar las venas del antebrazo y las uñas intactas.

El cuerpo estaba tan rígido que podía levantarse para los costados sin desarmarse, como si estuviera petrificado. Tan apretado, que al tocarlo emitía un sonido parecido al cartón.

Al eliminar el habito se pudo ver su cabello corto, adherido perfectamente a la cabeza.

Más tarde, el 3 de abril de 1919 volvieron a realizar otra exhumación y constataron que nada había cambiado. Luego de 40 años de su muerte el cuerpo permanecía igual, no había signos de putrefacción o descomposición. Se notaban algunos músculos debilitados, pero bien conservados y la piel más arrugada debido a la humedad del ataúd. Pero esto seguía siendo antinatural.

Por fin, en noviembre de 1923, el papa Pio XI reconoció las virtudes de Bernadette y la Beatifico.

Pero no termino ahi. El 12 de junio del año 1925 se realiza una tercera exhumación para obtener una reliquia del cuerpo y, habiendo pasado 46 años desde su muerte, el cuerpo seguía manteniéndose impoluto. Al momento de hacer la incisión, los tejidos estaban fibrosos, los músculos flexibles y fuertes, los tendones y la piel tenían una consistencia suave, casi normal.

Finalmente, el 8 de diciembre de 1933, el papa Pío XI proclamó «santa» a Bernadette Soubirous.

De esta manera, desde el 3 de agosto de 1925 hasta la actualidad el cuerpo incorrupto de Bernadette se encuentra en un relicario de cristal donde los files pueden ir a visitarlo en la Capilla del Convento de Saint Gildard, perteneciente a la congregación de las Hermanas de la Caridad de Nevers. Sólo se ha aplicado una fina capa de cera en su rostro y manos para restaurar el color de la piel que se había oscurecido con el tiempo, a su tono natural.

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