El rostro que no se puede describir: cómo vio Catalina Labouré a la Virgen
Por: Rafaela Randello

Era el 27 de noviembre de 1830 en la fiesta de la Medalla Milagrosa. La comunidad entera de las Hijas de la Caridad estaba reunida en la capilla para la oración vespertina. Pero Catalina Labouré, sintió algo que ninguna otra pudo percibir: ese «fru-fru» el sonido leve de la seda que rozaba el suelo.
Dio vuelta la cabeza y ahi estaba, caminando por el pasillo, acercandose a ella .
Sólo Catalina podía verla. A pesar de estar rodeada por toda la comunidad.
La describió así:
“Vi a la Santísima Virgen. Era de estatura mediana y estaba de pie, vestida con un traje de seda blanco aurora…”
El vestido era simple, con mangas lisas. Un velo blanco le cubría la cabeza y descendía hasta el suelo. Debajo del velo, Catalina pudo ver sus cabellos, lisos y partidos al en el medio.
Pero era su rostro lo que más impactaba.
“Era magníficamente bello… yo no sabría describirlo.”
La Virgen tenía los pies apoyados sobre media esfera blanca, símbolo del mundo. En sus manos sostenía un globo de oro, también representación de la tierra.
De pronto, en sus dedos aparecieron anillos con piedras preciosas —algunas más grandes, otras más pequeñas— que lanzaban rayos de luz.
“Los más bellos rayos partían de las piedras mayores, siempre ensanchándose hacia los extremos, llenando toda la parte de abajo…”
Ese fulgor no era sólo belleza: era gracia. La misma Virgen se lo explicó a Catalina:
“Estos rayos son el símbolo de las gracias que yo derramo sobre las personas que me las piden.”
Pero no todos los anillos irradiaban luz. Catalina notó que algunas piedras no emitían rayos. Y la Virgen le dijo:
“Estas perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no las piden.”
Entonces, el globo de oro desapareció. María extendió los brazos abiertos, mientras los rayos de luz seguían cayendo hacia el mundo. Catalina ya no podía ver sus pies: estaban ocultos por la intensidad de la luz.
En ese instante, la Virgen bajó los ojos y los posó en ella. La miró “fijamente”, como sólo una madre puede mirar a un hijo. Y habló de nuevo:
“La esfera que ves representa el mundo entero, especialmente Francia… y cada persona en particular.”
Fuentes
- Corazón de Paúl. (2023). Los escritos de Santa Catalina Labouré sobre las apariciones de la Virgen Milagrosa. Recuperado de: https://www.corazondepaul.org/2024/10/22/los-escritos-de-santa-catalina-laboure-sobre-las-apariciones-de-la-virgen-milagrosa/
- Capilla de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Relato de las apariciones. Recuperado de: https://www.chapellenotredamedelamedaillemiraculeuse.com/
- Laurentin, R. Vida de Catalina Labouré. Vincentians.com. Recuperado de: https://vincentians.com/es/vida-de-catalina-laboure-rene-laurentin-8-muerte-de-catalina-31-diciembre-1876/