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María Corredentora: El Mensaje de Akita

Por: Elidé Marisel Rojas

El mensaje de la Virgen María en Akita, Japón, que se manifestó entre 1973 y 1981, es considerado un llamado a la conversión, la oración y la penitencia. En su aparición a la hermana Agnes Katsuko Sasagawa, la Virgen no solo dejó un mensaje de esperanza, sino también una invitación a unirse a Cristo en la obra redentora. En palabras del Padre Thomas Teiji Yasuda, S.V.D., quien fue director espiritual de la hermana Sasagawa, “El mensaje de Akita es una continuación de las advertencias de Fátima, subrayando la importancia de la oración, la penitencia y la reparación” (Yasuda, 1997, p. 16).

El concepto de María como “Corredentora” se refiere a su participación activa en la salvación, no como co-redentora junto a Cristo, sino como su colaboradora en el plan divino. Aunque no es un dogma oficial, el título refleja el papel único de María en la redención. Según el Papa Juan Pablo II, “María fue la que, al aceptar ser la madre del Salvador, se convirtió en cooperadora en la obra de la redención” (Yasuda, 1997, p. 18).

El mensaje de Akita reitera este papel, destacando que “María, al ofrecer su sufrimiento junto al sacrificio de Cristo, participó de manera única en el misterio de la salvación” (Yasuda, 1997, p. 22). Así, María no solo es Madre espiritual, sino también intercesora, que invita a la humanidad a la conversión.

En conclusión, el mensaje de María en Akita no solo resalta su maternidad espiritual, sino que también nos llama a reconocer su colaboración en el plan divino de salvación. Como afirma Yasuda (1997), “María, en su rol de Corredentora, sigue intercediendo por la humanidad ante su Hijo” (p. 25).

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