Un reflejo imposible en los ojos de la Virgen
El descubrimiento de una figura humana microscópica en el ojo derecho de la Virgen de Guadalupe fue en 1929 por el fotógrafo Alfonso Marcué González. Sin embargo, pasaron casi tres décadas hasta que se realizó un informe médico sobre el hallazgo.
El 27 de marzo de 1956, el oculista Javier Torroella Bueno presentó un análisis detallado:

Si tomamos una fuente luminosa y la ponemos frente a un ojo veremos que es reflejada por él, el lugar a donde se refleja y que nosotros vemos, es la córnea ya que en el ojo sólo se pueden reflejar las imágenes en tres lugares (imágenes de Samson Purkinje) o sea la cara anterior de la córnea, la cara anterior del cristalino y la cara posterior del mismo.
Los caracteres de estas imágenes son los siguientes: la imagen de la cara anterior de la córnea es más brillante, es derecha. La segunda imagen, es decir, la de la cara anterior del cristalino también es derecha, pero menos brillante; y la tercera es invertida y poco luminosa. Para poder observar estas dos últimas imágenes es necesario que la pupila esté en midriasis6 ya que se encuentran atrás del iris.
En la imagen de la Virgen de Guadalupe, motivo de mi estudio, los citados reflejos se encuentran en la córnea.
(Reproducción del primer documento médico conocido donde se ratifica la presencia de los extraños reflejos en los ojos de la imagen de la Virgen de Guadalupe. Al pie del escrito aparece la firma y rúbrica del oculista y cirujano Javier Torroella Bueno).
En su escrito explicó que, en un ojo humano, la luz no se refleja en un solo punto, sino en tres lugares distintos, fenómeno conocido como “imágenes de Purkinje-Samson”:
- Córnea: la capa transparente que cubre el ojo y funciona como un espejo curvo. Esta refleja una imagen clara, brillante y derecha.
- Parte de adelante del cristalino (la “lente” que está detrás de la pupila): al igual que la córnea también refleja la imagen derecha, pero más débil, menos brillante.
- Parte de atrás del cristalino: en esta zona la luz se refleja invertida, por lo que la imagen también se encontrara invertida.

En condiciones normales, estos reflejos solo aparecen en ojos vivos, nunca en superficies planas o en pinturas. Sin embargo, el doctor Torroella constató que en la córnea de la Virgen de Guadalupe se observan los mismos reflejos que en un ojo humano real. Lo más sorprendente es que, dentro de esos reflejos, se distingue la silueta de un hombre con barba, lo que sigue siendo un enigma para la ciencia.
Además, confirmo que se observaban reflejos humanos en los ojos de la Imagen y que estos reflejos se corresponden perfectamente en ambos ojos: «Aparecen en el lugar contra lateral del otro ojo, es decir si una imagen se está reflejando en la región temporal del ojo derecho, se reflejará en la región nasal del ojo izquierdo. Las imágenes en cuestión están perfectamente colocadas de acuerdo con esto, la distorsión de las figuras también concuerda con la curvatura de la córnea»
Estos estudios justifican sobradamente el carácter sobrenatural de la Imagen, ya que ni en el momento de las apariciones, ni en el del descubrimiento de las figuras humanas en sus ojos, podría la técnica humana plasmar con tal precisión las imágenes en ellos observadas. Parecieran literalmente unos ojos vivos y ese efecto no se podía conseguir con la técnica de los años 50 del siglo XX, mucho menos en la primera mitad del siglo XVI.
FUENTE
- Artículo “Anexo: Estudios sobre la tilma de Juan Diego” publicado en Wikipedia. Sitio Web: https://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Portada
- Artículo “Polémica guadalupana” escrito por Mario Arroyo de la revista Mercurio Peruano (2024, Nro. 537), en el Portal de Revistas de la Universidad de Piura. Sitio Web: https://revistas.udep.edu.pe/
- Libro “El misterio de la Virgen de Guadalupe” de J. J. Benitez, capítulo 11 “Sorpresa entre los medicos oculistas” en el apartado “No se trata de una ilusión obtica”.