El sensacional hallazgo del 2023: ¿Qué es este icono?
En el corazón de la historia rusa, cuando la nación se encontraba al borde de la derrota y la ocupación extranjera, una imagen sagrada se convirtió en símbolo de resistencia y esperanza: la Virgen de Kazán.
Fue precisamente ante este icono que el príncipe Dmitri Pojarski oró en 1612, liderando junto a Kuzmá Minin al ejército popular que expulsó a los invasores polacos de Moscú.
Muchos se preguntaron, al conocerse la noticia de su hallazgo, ¿de qué icono se trataba realmente? Las búsquedas en fuentes comunes, como Wikipedia, solo aumentaron la confusión. La clave está en comprender qué significa un “verdadero icono”. A lo largo de los siglos se han pintado innumerables copias de la Virgen de Kazán, aparecida por primera vez en 1579 en la ciudad del mismo nombre. Su poder espiritual y carácter milagroso, sin embargo, no dependen del momento de su creación.
De las dos imágenes más antiguas, una encontrada en Kazán y otra conservada en Moscú, ambas se perdieron a comienzos del siglo XX, en 1904 y 1918. Ahora, la que fue revelada recientemente por el Patriarca Kirill es nada menos que la imagen moscovita de la Virgen de Kazán, aquella misma ante la cual los combatientes rusos rezaron por la liberación de su patria en el siglo XVII.
El propio Primado de la Iglesia Ortodoxa Rusa lo confirmó, y Vladímir Legoida, portavoz del Patriarcado, subrayó que se trata de la misma imagen desaparecida en 1918 de la Catedral de Kazán en la Plaza Roja.
La noticia despertó también críticas y escepticismo. Algunos especialistas en arte, entre dientes, admiten que la pieza parece auténtica, incluso del siglo XVI, pero rechazan aceptar que sea “la misma”. Un bloguero anónimo lo resumió con ironía: el escándalo que generan estos críticos demuestra que “los demonios se retuercen”.
Para los fieles, la reaparición de la Virgen de Kazán no es un simple hecho cultural, sino un signo espiritual. Tal como recuerda la Escritura: “También los demonios creen, y tiemblan” (Sant. 2:19).
Hoy, el temor de ciertos sectores no radica en la autenticidad de la imagen, sino en lo que simboliza: el poder de la oración colectiva del pueblo ruso.
Y la convicción de que, al volver a suplicar unidos ante la Madre de Dios, Ella una vez más concederá la victoria a Rusia.
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