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LA APARICIÓN DEL ICONO DE LA SANTÍSIMA THEOTOKOS EN LA CIUDAD DE KAZÁN (8/21 de Julio).

Publicadonoviembre 10, 2025
Actualizadonoviembre 28, 2025
PorTamara Yevtushenko

Tamara Yevtushenko

El 1 de octubre de 1552, en la Fiesta de la Intercesión de la Santísima Theotokos, por la noche, el Zar Juan IV (que era además el líder de los soldados rusos que se preparaban para un asalto decisivo contra la ciudad Kazán, tomada por los musulmanes tártaros) escuchó de repente sonar las campanas de la Iglesia en Moscú. El zar entendió que esto era un signo de la misericordia de Dios: el Señor quería volver a la gente de Kazán hacia Él.

La conquista de Kazán bajo la protección de la Santísima Theotokos, completó la obra iniciada en 1164 por el santo príncipe Andrey Bogolyubsky (+ 1174; Com. 4 de julio). El Volga, la principal vía fluvial del país, se ha convertido en un río ruso. 60.000 rusos fueron liberados del cautiverio tártaro. Comenzó la iluminación de los tártaros con la luz de la verdad evangélica. Aparecieron los primeros mártires: los santos Pedro y Esteban (Com. 24 de marzo). La recién establecida Diócesis de Kazán pasó a formar parte de la Iglesia rusa y pronto brilló con sus arzobispos: San Guriy (+ 1563; Com. 5 de diciembre) y San Herman (+ 1567; Com. 6 de noviembre).

La aparición del icono milagroso de la Madre de Dios en la ciudad de Kazán el 8 de julio de 1579 contribuyó especialmente al surgimiento de la ortodoxia entre los musulmanes del Volga.

El 28 de junio de 1579, un terrible incendio que comenzó cerca de la iglesia de San Nicolás de Tulsky destruyó parte de la ciudad y redujo a cenizas la mitad del Kremlin de Kazán. Los seguidores de Mahoma se regodeaban, pensando que Dios estaba enojado con los cristianos. “La fe de Cristo”, dice el cronista, “se ha convertido en parábola y escándalo”. Pero el incendio en Kazán fue un presagio de la caída final del Islam y el establecimiento de la ortodoxia en toda la tierra  de la “Horda”, el futuro Este del estado ruso.

La ciudad pronto comenzó a levantarse de las ruinas. Junto con otras víctimas del incendio, no lejos del lugar donde se inició el incendio, Daniel Onuchin estaba construyendo una casa. Su hija Matrona, de nueve años, en un sueño vio a la Madre de Dios y ella le ordenó que su icono fuera desenterrado del suelo por confesores  de la ortodoxia. Al principio no prestaron atención a las palabras de Matrona; la Madre de Dios apareció tres veces e indicó el lugar donde estaba escondido el icono milagroso. Finalmente, Matrona junto a su madre comenzaron a cavar en el lugar indicado y encontraron el icono sagrado. En el lugar del descubrimiento milagroso, el arzobispo Jeremías llegó a la cabeza del Clero y trasladó la santa imagen a una iglesia cercana en nombre de San Nicolás, desde donde, después del Servicio de oración, la trasladó con una procesión a la Catedral de la Anunciación, la primera iglesia ortodoxa de la ciudad de Kazán, erigida por Iván el Terrible. Durante la procesión, dos ciegos, José y Nikita, fueron sanados.

En 1579 se envió a Moscú una copia del icono revelado en Kazán, un relato de las circunstancias de su adquisición y una descripción de los milagros. El zar Iván el Terrible ordenó construir un templo en honor al Icono de la Madre de Dios de Kazán en el lugar de la aparición, donde se colocó el icono sagrado, y fundar un convento de monjas. Matrona y su madre fueron tonsuradas en este monasterio.

El lugar que albergaba el pequeño icono encontrado por la niña Matrona, en las afueras de un territorio recientemente anexado al Imperio ruso, pronto se convirtió en un santuario nacional, un signo de la Cubierta celestial de la Madre de Dios, manifestado a toda la Iglesia rusa. Los ortodoxos sintieron la especial participación de la Purísima Señora en los destinos históricos de la Patria.  Muchas veces, la “Madre de Kazán” mostró el camino hacia la victoria para los soldados ortodoxos rusos en el desempeño de su deber sagrado para con Dios y la Patria.

En el año de su aparición en Kazán (según otras fuentes, dos años después), comenzó la famosa campaña “por Kazán” (por los Urales) del  cosaco  Ermak Timofeevich Povolsky (+ 1584), coronada con la anexión de Siberia. La energía bendita irradiada de manera milagrosa fue suficiente para que varias décadas de exploradores misioneros rusos fueran al este, “saludaran al sol” muchos miles de kilómetros y, en la Fiesta de la Intercesión en 1639, emprendieran su viaje inaugural a través del Océano Pacífico, predicando la salvación a los pueblos circundantes.

En numerosas copias milagrosas del icono de Kazán, la Madre de Dios más pura, la Patrona del pueblo ruso ortodoxo es venerada. De los muchos íconos de la Madre de Dios venerados en la Iglesia Ortodoxa Rusa, ninguno está tan extendido como el de Kazán. En toda la Rusia ortodoxa, la mayoría de las veces las miradas de los fieles  en problemas y enfermedades, se dirigen hacia ella gritando: “Ferviente intercesora, Madre del Señor, ruega por todos ante Tu Hijo, Cristo nuestro Dios… Tú eres la cubierta Divina de tus siervos…”.

Con su bendita sombra, los íconos de la Purísima Madre de Dios están ubicados en la faz de nuestra Patria, formando verdaderamente la Cubierta Celestial. Por su incansable intercesión, enviada por su Divino Hijo, que se sacrificó por la salvación de la humanidad. La antigua imagen sagrada de Vladimir de la Madre de Dios preserva y bendice nuestras fronteras del norte, los iconos de Smolensk y Pochaev protegen el oeste, y al este, y hasta los confines de la tierra, la milagrosa imagen de Kazán de nuestra Madre Purísima, brilla con rayos de ineludible Gracia.

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