Redacción: Marta Susana Garay
Nuestra Señora de Luján fue traída en 1630 desde Brasil hacia Santiago de Estero y en su paso por el Río Lujan ocurrió un episodio divino.
No pudiendo avanzar en las carretas que la transportaban junto a otra imagen, probaron alternadamente bajar y disminuir el peso y así continuar viaje. Lo que no tuvieron en cuenta es que fue Nuestra Virgen la que dejaron allí. La virgen eligió quedarse en Luján…
Su santuario se convirtió no sólo en historia sino en identidad de carácter popular. Es considerado además un lugar donde los niños toman el Sacramento del bautismo y de penitentes.
En la Basílica de Lujan hasta el día de hoy acuden cada año, 8 millones de peregrinos unidos en Fe, petición y agradecimiento.
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