Una Devoción que Transforma
En el corazón de Salta, Argentina, la vidente María Livia ha sido testigo de revelaciones divinas que transformaron su vida y la de miles de fieles.
En sus visiones, la Virgen María se presentó con un nombre especial:
“Soy la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús”.
Este título no solo hace referencia a la Virgen, sino que simboliza una profunda conexión con el Corazón Eucarístico de Jesús, un misterio central en la fe católica, especialmente en la Sagrada Eucaristía. En él resalta la pureza de María y su papel como mediadora entre la humanidad y Cristo.
La Virgen se muestra como madre espiritual de todos aquellos que buscan consagrarse a Dios, uniendo su amor maternal con el poder redentor de la Eucaristía. En sus mensajes, la Virgen explica y afirma su rol como mediadora de gracias:
“Soy la Inmaculada Madre, la que intercede por todos ante el Corazón Eucarístico de Jesús”.
La consagración a la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús es un acto de fe profundo. Los fieles que se consagran a ella aceptan vivir bajo su protección y guía, comprometidos a seguir los principios del Evangelio y a fomentar una vida de oración constante. La Virgen enseña:
“Quiero que cada alma se consagre a Él, y así recibirán la infinita misericordia de su Corazón.”
Esta devoción invita a la adoración del Corazón Eucarístico de Jesús como un acto de reparación. María llama a los fieles:
“Adoradme perpetuamente en reparación al Corazón Eucarístico vivo y presente.”
FUENTE
- Fundación Obra Inmaculada Madre. (2025). Consagración a la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús. Recuperado de https://app-fundacion.vercel.app/historia-aparicion