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Padre Luis María Andreu

Por: María Emilia Zuchelli

Nacido en Bilbao en el año 1925, el sacerdote Luis María Andreu, ingreso en un colegio jesuita en 1942 y estudio para profesor en teología en Roma y París. Tenía 36 años cuando fue por primera vez a San Sebastián de Garabandal en 1961 y el 8 agosto del mismo año volvió por segunda vez porque el padre no podía celebrar la misa y el fue para cubrirlo. Allí pudo conocer y hablar con las niñas videntes.

Pero aquel 8 de agosto, las cuatro niñas vivieron un éxtasis en presencia de varios testigos, entre ellos el Padre Andreu. A diferencia de otras ocasiones, en esta oportunidad las niñas lo vieron dentro de su visión, algo inusual, y la Virgen les dijo que él también la estaba viendo, junto con el milagro que habría de venir. Durante el éxtasis, el Padre Andreu exclamó varias veces “¡Milagro!”, profundamente conmovido por lo que estaba presenciando.

Después de aquello, el no dudo de todo lo que las niñas decían, bajó de Garabandal al pueblo de Cossío con una expresión de dicha y comento que fue el día más feliz de su vida. Poco después, en el camino hacia Reinosa, falleció repentinamente, con 36 años sin enfermedad previa ni signos de agonía, con una sonrisa serena en el rostro.

Conchita, una de las niñas videntes, escribiría en su diario que la Virgen le había revelado que luego del primer milagro, el cuerpo del Padre Andreu iba a ser exhumado y hallado incorrupto, es decir, tal y como lo fue enterrado.

Esta promesa, junto con su testimonio y su misteriosa muerte, lo han convertido en una figura central en la historia de las apariciones, a menudo llamado “el quinto vidente”.

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