Nace una tradición
Por: María Emilia Zuchelli

El Obispo Zumárraga en 1532, luego de las apariciones de la Virgen a Juan Diego, encabezó una procesión hasta la ermita que se construyó en pocos días para albergar la tilma de San Juan Diego con la imagen de la Virgen de Guadalupe, siendo así la primera peregrinación dedicada a ella. Desde entonces, incontables indígenas acudieron al Tepeyac para conocer este milagro que mucho influyó en la evangelización de los pueblos.
En el Mapa de Upsala de 1555, están dibujadas algunas veredas que pasan por el Tepeyac y eran las que se utilizaban para las peregrinaciones, no solo por los nativos, sino también por mestizos y españoles.
Ya en el año 1837 los Obispos de la República Mexicana decidieron comprometerse a que cada día 12 del mes, desde enero a octubre, se organizara una función religiosa en la Colegiata de Nuestra Señora de Guadalupe.

La idea era que cada Diócesis le tocara una fecha en la que era responsable de realizar esta función. Esta tenía el compromiso de pagar la misa y el sermón al predicador del día que le tocaba a la Diócesis.
Todo se suspendió al momento de la Guerra Cristera (1926-1929), pero una vez que se llegó a un acuerdo de paz, los pueblos y las pocas diócesis que entonces había en el país comenzaron a organizar sus peregrinaciones al Tepeyac, para agradecer a la Virgen de Guadalupe en son de la paz.
Con el mejoramiento de comunicaciones, desde inicios del siglo XX fue posible que no sólo los nativos de México organizaran las funciones religiosas, sino también pudieran venir peregrinos de otros lugares, lo que enriqueció mucho ese tributo de amor a María Santísima de Guadalupe.
FUENTE:
Artículo publicado en “Desde la fe” por Carlos Villa Roiz “¿Desde cuándo se hacen peregrinaciones a la Basílica de Guadalupe?” Sitio Web: https://desdelafe.mx/
Se puede encontrar el “Mapa de Upsala de México – Tenochtitlan en el año 1550” en el sitio web “Mexico mexico”
Sitio Web: http://www.mexicomaxico.org/index.html