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El enigma del azul y las estrellas en el manto de Guadalupe

Estudios sobre la tilma de Juan Diego

Los estudios técnicos realizados sobre la tilma de Juan Diego han revelado un dato importante. El manto azul de la Virgen parece formar parte de la imagen original. En cambio, otros elementos decorativos se habrían agregado con el paso del tiempo. Entre ellos se encuentran los rayos solares, la franja dorada, el perfil negro y las estrellas.

El uso de luz visible e infrarroja permitió a los especialistas analizar el orden en que se aplicaron estas capas. Gracias a ello, fue posible establecer una secuencia aproximada de intervención sobre la imagen.

La franja dorada y el perfil negro

La franja dorada del manto se aplicó junto con una línea negra que la rodea. Esta línea aparece hoy agrietada y se superpone a los pliegues originales del tejido. Esto indica que no formaba parte de la imagen inicial.

Los análisis muestran que esta intervención se realizó después del moño y de la luna. Probablemente se agregó al mismo tiempo que el resplandor solar. Además, la ejecución técnica resulta poco cuidada. En algunos sectores, el color negro no solo marca el borde del manto, sino también pliegues e incluso el costado izquierdo de la figura.

Con el paso del tiempo, el pigmento negro comenzó a deteriorarse. Al hacerlo, dejó al descubierto partes del resplandor solar que estaban ocultas. Este fenómeno puede observarse claramente en las imágenes infrarrojas.

Las estrellas del manto

Las estrellas doradas constituyen la última intervención decorativa. En algunos casos, incluso sobrepasan el contorno negro del manto. Según la secuencia identificada, primero se aplicó el resplandor solar. Luego se añadió el perfil negro, después la franja dorada y, finalmente, las estrellas.

Todos estos elementos muestran signos de desgaste. Los especialistas coinciden en que fueron añadidos por manos humanas hacia fines del siglo XVI o comienzos del XVII. Su estilo coincide con el gótico español tardío, común en esa época.

El misterio del color azul

El color del manto presenta uno de los mayores enigmas. Se trata de un azul oscuro con tonalidades turquesas. Está más cerca del azul que del verde. No coincide con los pigmentos europeos conocidos del siglo XVI.

Tampoco corresponde al llamado azul de Bremen ni a otros colores elaborados con cobre. Su tonalidad se asemeja más a los azules utilizados por las culturas prehispánicas, como los mayas y los mixtecas. Estos pigmentos se usaban en murales y códices.

Sin embargo, aquí surge un problema difícil de explicar. Los pigmentos mayas suelen perder intensidad con el tiempo, sobre todo en climas cálidos. El azul del manto, en cambio, conserva un brillo sorprendente. Parece casi nuevo, como si se hubiera pintado hace poco.

Daños físicos en la tela

Los estudios también detectaron una pérdida parcial del pigmento azul en la costura central de la tilma. Este desgaste se observa especialmente en el lado izquierdo de la cabeza de la Virgen.

Los especialistas atribuyen este daño a la manipulación y al traslado de la tela a lo largo de los siglos. No se trataría de un deterioro químico, sino de un daño físico propio del uso y el paso del tiempo.

Conclusión

Los análisis permiten afirmar que las estrellas, la franja dorada, el perfil negro y el resplandor solar no pertenecen a la imagen original. Fueron añadidos posteriormente por intervención humana.

El azul del manto, en cambio, sigue siendo un misterio sin una explicación clara. Su similitud con los pigmentos prehispánicos y su extraordinaria conservación desafían el conocimiento científico actual. Por este motivo, el manto de Guadalupe continúa siendo objeto de estudio y asombro, tanto para la ciencia como para la historia del arte.

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