Imprimir

“Ojos que parecen vivos”: Estudios oftalmológicos de los años 70 confirmarón lo inexpiblable

Kuri abre la puerta a este misterio

En agosto de 1975, el Dr. Amado Jorge Kuri, médico oftalmólogo, decidió observar de cerca los ojos de la imagen de la Virgen de Guadalupe. Para hacerlo utilizó una lupa y un oftalmoscopio, instrumentos médicos que permiten examinar el ojo humano con detalle. Lo que encontró fue totalmente inesperado: los ojos no se veían planos, como en una pintura común, sino que daban la sensación de tener vida y profundidad.

Durante su análisis, Kuri notó algo muy particular: dentro de los ojos aparecían tres reflejos de luz alineados, exactamente como ocurre en un ojo humano real cuando la luz se refleja en sus distintas capas internas. Este fenómeno se conoce como la “triple imagen de Purkinje-Samson” y no suele aparecer en dibujos ni pinturas, ya que requiere un comportamiento óptico propio de un ojo vivo.

Además, observó que el iris no solo tenía color, sino también brillo y una sensación de volumen y profundidad, como si no fuera una superficie plana, sino un ojo verdadero. Esto resulta sorprendente porque una pintura sobre tela, en teoría, no debería reaccionar a la luz de esa manera.

Impactado por lo que veía, Kuri compartió su conclusión de forma clara y directa:
“Dan la impresión de ojos con vida”.

Más estudios: Confirmaciones clínicas que sorprenden

Pocos meses después, el Dr. Eduardo Turati Álvarez realizó su propio examen de los ojos de la imagen y solamente confirmó lo mismo y agregó: “la imagen está “impresa” o “atrapada” en la tilma, y no pintada”. Sin conocer en detalle las conclusiones de Kuri, llegó a resultados muy similares, lo que reforzó la idea de que no se trataba de una simple ilusión visual.

Turati utilizó lentes de distintas potencias para observar cómo reaccionaban los ojos ante la luz. En ese proceso descubrió que la córnea derecha respondía como lo haría la de un ojo humano real, adaptándose a la iluminación, algo que no ocurre en una pintura tradicional.

Otro especialista, el Dr. José Roberto Ahued Ahued, también coincidió con estas observaciones y describió la experiencia con una frase contundente:

“Es como explorar un ojo humano vivo”.

La voz de la ciencia óptica: Dr. Enrique Graue

En enero de 1976, el reconocido oftalmólogo mexicano Dr. Enrique Graue aceptó estudiar la imagen. Al principio se mostró escéptico, pero accedió a realizar el análisis bajo condiciones muy estrictas: sin el vidrio protector que cubre la imagen, con iluminación controlada y en un ambiente preparado para evitar reflejos externos que pudieran alterar los resultados.

Tras el análisis, Graue confirmó varios puntos clave que coincidían con los estudios anteriores.

  • Profundidad real en la pupila: al iluminar el ojo, aparecían brillo y volumen, una reacción típica de un ojo vivo.
  • Triple reflejo de luz: se distinguía una figura barbada reflejada tres veces en distintas partes del ojo, tal como ocurre en la visión humana.
  • Diferencias entre ambos ojos: en el ojo derecho la figura aparecía enfocada y en el izquierdo desenfocada. Esta diferencia coincide con una leve inclinación de la cabeza y sería casi imposible de planear o reproducir en el siglo XVI, una época en la que las pinturas se realizaban sobre superficies planas y el conocimiento sobre óptica médica no estaba desarrollado ni al alcance de los artistas plásticos.
  • Brillo del iris: los ojos reflejaban la luz de manera natural, similar a la de una persona viva.

Graue llegó a decir:
“Si no fuera porque sé que es una imagen, diría que son los ojos de un ser vivo”.

El Dr. Graue descartó un error artístico en los ojos

Tras años de experiencia analizando obras antiguas, Graue fue contundente:
“He estudiado cientos de pinturas antiguas y nunca vi algo parecido”.

Cuando se le preguntó si consideraba esto un milagro, él respondió que:

el fenómeno no rompe las leyes de la naturaleza, pero que no se puede explicar cómo se logró un efecto tan complejo en una imagen que, en teoría, es solo una pintura.

En resumen, los estudios científicos describen un fenómeno real, comprobado por distintos especialistas y sin una explicación clara. Para muchos, el verdadero misterio está en cómo se logró reproducir con tanta precisión el comportamiento de dos ojos humanos sin contar con los medios técnicos necesarios para hacerlo.

Conclusión: misterio que sigue brillando

Algunas personas intentan explicar estos resultados como simples ilusiones ópticas, pero los especialistas señalan que los reflejos observados siguen exactamente las reglas de funcionamiento de un ojo humano real.

Lo más llamativo es que la triple imagen de Purkinje-Samson fue descrita oficialmente por la ciencia a fines del siglo XX, muchos siglos después de la aparición de la imagen.

Esto deja preguntas abiertas que aún no tienen una respuesta definitiva:

¿Cómo pudo alguien en el siglo XVI reproducir un efecto óptico que todavía no se conocía?
¿Por qué el enfoque y el desenfoque coinciden con lo que hoy explica la física moderna?

Descubrí mas estudios sobre la Virgen de Guadalupe:

FUENTE


Tabla de contenidos