El enigma dorado del manto guadalupano: ¿oro metálico o pigmento desconocido?
Autor: Arias Daiana
Un reciente examen de la imagen de la Virgen de Guadalupe ha revelado sorprendentes hallazgos sobre los elementos dorados que decoran su manto y su resplandor. Lejos de ser simples ornamentos, los rayos solares, las estrellas y la fimbria encierran un misterio que mezcla arte, ciencia e historia.
El análisis, realizado con lentes de aumento y luz infrarroja, mostró que los rayos solares dorados que rodean la figura están elaborados con oro metálico verdadero, opaco a los rayos infrarrojos próximos. Sin embargo, las estrellas y el borde del manto presentan un comportamiento radicalmente distinto: son parcialmente transparentes a los infrarrojos, lo que indica que no se trata de oro, sino de un pigmento de origen desconocido.
La hipótesis más aceptada es que se utilizó una mezcla de ocre natural con hidrato de alúmina, conocida como ocre dorado, un material brillante, de larga duración y con propiedades que lo hacen inusual para la época. Lo fascinante es que este pigmento no muestra el mismo agrietamiento ni deterioro que el oro metálico, aunque lentamente se está desvaneciendo con los años.
Los especialistas concluyen que estos detalles dorados no pertenecen a la formación original de la imagen, sino que fueron añadidos posteriormente por mano humana. Aun así, el hallazgo abre nuevas preguntas: ¿quién aplicó estas capas?, ¿con qué técnicas?, y ¿cómo lograron un efecto tan duradero con un pigmento que aún hoy resulta difícil de identificar?
Lo cierto es que los rayos, las estrellas y la fimbria del manto siguen deteriorándose con el tiempo, pero cada grieta y cada transparencia revelan un capítulo más del enigma científico que envuelve a la tilma guadalupana.
FUENTE:
Benítez, J. J. (1982). El misterio de Guadalupe: Sensacionales descubrimientos en los ojos de la Virgen mexicana (pp. 57–58). Editorial Planeta.