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Una fotografía amplificada del ojo de la Virgen

La fotografía de 1974

El 11 de enero de 1974, Juan Manuel Flores Benítez, por iniciativa del Dr. Jorge Álvarez Loyo, realizó una fotografía amplificada 70 veces del ojo derecho de la Virgen sin la protección del doble vidrio.

Años antes ya se habían comenzado a realizar estudios que confirmaron características de ojos humanos en los ojos de la Virgen: reflejos en la córnea (uno en la parte anterior y otro en la posterior) y en el cristalino (uno derecho sobre la superficie anterior y otro invertido en la parte posterior). Esto es importante porque explica cómo es posible que aparezcan imágenes reflejadas en los ojos de la Virgen (véase “Un reflejo imposible en los ojos de la Virgen” y “Una vitalidad inexplicable”).

Imágenes descubiertas en los ojos

A través de filtrajes computacionales que se hicieron sobre aquella fotografía de Benítez, se descubrió no sólo la figura de san Juan Diego, sino también la Virgen en el momento mismo antes de quedar impresa. Esto no solo confirma lo sobrenatural de la Tilma, sino también la veracidad histórica de lo narrado en los párrafos 181-183 del Nican Mopohua. Además, la imagen coincide casi perfectamente con el retrato más antiguo de san Juan Diego en el Códice de 1548.

Uno de los que pudieron observar esta imagen fue el Dr. Alejandro Pedroza Meléndez, especialista en microelectrónica e ingeniería biomédica. El 17 de mayo de 2011, él mismo confirmó lo que ya en 1951 había visto Carlos Salinas Chávez: la figura de san Juan Diego, la Virgen y las flores (véase “Todo comenzó con una fotografía”). En la escena también se distingue un “tercer sujeto” que parece observar la aparición.

Rasgos anatómicos en el ojo de la Virgen

El Dr. Pedroza Meléndez también señaló otros hallazgos anatómicos en el ojo derecho de la Santísima Virgen de Guadalupe:

  • La pupila

La pupila del ojo derecho de la Virgen mide aproximadamente 3,5 mm de diámetro. Esta medida es significativa porque la pupila reacciona siempre a la luz ambiental: se contrae cuando hay abundante iluminación y se dilata cuando la luz es escasa. El tamaño que presenta indica que el salón del Palacio del Arzobispado, en el momento en que ocurrió la impresión milagrosa, estaba bien iluminado. Este detalle aparentemente menor es en realidad un rasgo fisiológico muy preciso, que no se podría haber plasmado en una pintura del siglo XVI sin conocimiento médico avanzado.

  • El cristalino

En el cristalino, la lente natural del ojo humano, se distingue la silueta de san Juan Diego con su tilma abierta, la figura de la Virgen en el instante mismo de su proyección y las flores que llevaba. El cristalino actúa en el ojo como un lente de cámara fotográfica, enfocando las imágenes. Que en él aparezcan reflejos coherentes con lo observado en la córnea es un indicio de comportamiento real de un ojo humano.

  • La córnea

En la parte inferior del ojo derecho se detectan fenómenos de refracción y difracción de la luz, propios de un ojo vivo. Estos fenómenos ópticos son los que producen reflejos secundarios al entrar la luz en la superficie curva de la córnea. Su presencia descarta que estemos ante una simple superficie pintada.

  • La retina

Quizá el detalle más asombroso es la retina. En ella se alcanzan a ver estructuras que parecen arterias y venas, tal como las tendría un ojo humano real. La retina es la capa sensible a la luz situada en el fondo del ojo, y funciona de manera análoga a la película en una cámara fotográfica: allí se enfocan las imágenes que entran por la pupila y el cristalino. En condiciones normales, la retina se observa rojiza debido a su abundante irrigación sanguínea.

En el caso de la Virgen, estudios fotográficos realizados con técnicas estereoscópicas y luz polarizada mostraron relieves que coinciden con vasos sanguíneos reales, algo que no puede explicarse con pigmentos planos sobre una tela.

En conjunto, estos descubrimientos señalan algo extraordinario: los ojos de la Virgen en la Tilma no se comportan como los de una pintura inerte, sino como los de un ser vivo que refleja imágenes, responde a la luz y muestra estructuras internas propias de la anatomía ocular.

Geometría en la mirada de la Virgen

Algunos argumentan que el hecho de que la escena reflejada se observe sólo en el ojo derecho desacredita el carácter sobrenatural de la Tilma. Pero en realidad, ocurre todo lo contrario: es precisamente otro detalle que confirma la naturalidad de los ojos de la Virgen.

Analizando la posición de su cabeza y la inclinación de la mirada hacia abajo y a la derecha, oftalmólogos concluyen que:

  1. En el ojo derecho, la trayectoria permite reflejar la figura de san Juan Diego tanto en la córnea como en el cristalino.
  2. En el ojo izquierdo, la nariz impide que la imagen se refleje en el cristalino, y sólo se alcanza a percibir en la córnea.

Así es como funciona también en los ojos humanos: al mirar un objeto, no se refleja igual en ambos ojos, ya que cada uno está en un ángulo distinto.

(Imagen de la Tomografía) Mirada con ligera inclinación hacia la derecha, el reflejo de la córnea izquierda (A) sobrepasa la nariz de la Santísima Virgen de Guadalupe y permite el reflejo de imagen. En el cristalino izquierdo (B), la nariz impide que se refleje la imagen de san Juan Diego. De acuerdo a este análisis anatómico y fisiológico, solamente la parte derecha del ojo permite que en la córnea y el cristalino se reflejen imágenes por su posición anatómica. La parte izquierda solamente refleja la córnea.

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