El ángel que vino a preparar a Catalina Labouré para la llegada de la Virgen
Por: Rafaela Randello
En 1857, Santa Catalina Labouré, a pesar de que nunca quiso escribir su historia, lo hizo por petición de sus superiores. Su testimonio fue publicado de manera anónima, tal como ella lo deseaba y conservando un valor único al reflejar la voz directa de quien fue testigo de una de las apariciones marianas más importantes del siglo XIX.
Ella misma lo escribe:

“Padre… me siento incapaz de hacerlo, pero voy a intentarlo con toda la sencillez posible. Ruego a María, mi buena madre, que me ayude a recordar todas las circunstancias. Oh María, haz que sea para tu mayor gloria y la de tu divino Hijo.”
“(…) Y después llegó la fiesta de San Vicente, en cuya víspera nuestra buena madre Marta nos dio una conferencia sobre la devoción a los santos y en particular a la Santísima Virgen, lo que me dio tal deseo de verla que me acosté con el pensamiento de que esa misma noche vería a mi buena Madre, ¡hacía tanto tiempo que lo deseaba! Al cabo me dormí. Como se nos había distribuido un trozo de tela de un roquete de San Vicente, corté la mitad, me la tragué y me dormí, pensando que San Vicente me obtendría la gracia de ver a la Santísima Virgen.”
“Por fin, a las once y media de la noche, oí que me llamaban por mi nombre: —Hermana, Hermana, Hermana. Me desperté y miré al lado donde escuchaba la voz, que era el lado del corredor, descorrí la cortina y vi a un niño, vestido de blanco, como de cuatro o cinco años, que me decía: —Venga a la capilla, levántese pronto y venga a la capilla, la Santísima Virgen la está esperando.”
“Me apresuré a vestirme y me dirigí a donde el niño, que había permanecido sin apartarse de la cabecera de mi cama… yo le seguí, él siempre a mi izquierda, llevando rayos de claridad por donde pasaba; por donde quiera que íbamos las luces estaban encendidas, lo que me extrañó mucho; pero quedé más sorprendida al entrar en la capilla, cuando se abrió la puerta apenas tocarla el niño con la punta del dedo; y mi sorpresa fue más completa todavía cuando vi encendidas todas las velas y todos los cirios, lo que me hacía recordar la Misa de Medianoche.”
“Sin embargo, yo no veía a la Virgen. El niño me condujo al presbiterio, junto al sillón destinado al Director. Allí me puse de rodillas y el niño se quedó de pie todo el tiempo. Como la espera se me hacía larga, miraba por si pasaban las veladoras por la tribuna. Llegó por fin la hora. El niño me previno diciéndome: —Ya viene la Virgen, aquí está.”
FUENTES
- Articulo “Los escritos de Santa Catalina Labouré sobre las apariciones de la Virgen Milagrosa” escrito por el Padre Andrés Felipe Rojas. Extraído de la pagina web “organización del corazon de paul”: https://www.corazondepaul.org/
- “Santa Catalina Labouré” información extraída de la página “Hozana”, una asociación animada por laicos católicos, desde una perspectiva ecuménica. Pagina web: https://hozana.org/es
- “Primera aparición de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa a Santa Catalina Labouré” información extraída de la pagina web de las Hijas de la Caridad de Cali, Colombia. Pagina web: https://hijasdelacaridadcali.org.co/