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Catalina Labouré y la advertencia que precedió la caída del rey

Por: Rafaela Randello

Pocos días antes de que estallara la Revolución de Julio de 1830, la joven novicia de las Hijas de la Caridad recibió un mensaje celestial que aludía a tiempos difíciles para Francia.

La noche del 18 de julio de 1830, en el convento de la Rue du Bac en París, Catalina Labouré tuvo una experiencia que marcaría su vida para siempre. Aquella visita de la Virgen María —que Catalina describió como una aparición llena de ternura, pero también de gravedad— incluyó palabras que, contenían una advertencia inquietante. Según los relatos posteriores transmitidos a su confesor, el padre Aladel, la Virgen le habló con tristeza del futuro inmediato de Francia.

Catalina cuenta que la Virgen le dijo que “grandes calamidades” caerían sobre Francia y el mundo. Le habló de “tiempos muy malos”, y del modo en que la cruz sería despreciada. La joven entendió que se trataba de un anuncio de desgracias nacionales. La Virgen mencionó que el clero sufriría, que la sangre correría por las calles y que el pueblo se vería oprimido. Aunque en ningún momento se pronunció una frase exacta sobre el rey ni sobre el trono, Catalina comprendió interiormente que esto significaba la caída del poder real.

Sólo nueve días después de aquella experiencia, París estalló en una insurrección que sería conocida como las “Tres Jornadas de Julio”. El 27 de julio, el pueblo salió a las calles en protesta contra las ordenanzas autoritarias del rey Carlos X. La revuelta se intensificó y, en apenas tres días, el monarca fue derrocado y obligado al exilio. Catalina, que no tenía acceso a información política ni se movía en círculos intelectuales o revolucionarios, había recibido un anuncio que se cumplió con una exactitud que impresionó a quienes más tarde conocieron su testimonio.

Este episodio ha sido interpretado por muchos no como una predicción política, sino como un mensaje espiritual. No se trataba de un juicio contra un soberano en particular, sino de un llamado a la conversión de una nación que se alejaba de Dios.


FUENTES:

1. François Trochu – Santa Catalina Labouré y la Medalla Milagrosa
Trochu no plantea la aparición como una “profecía política”, sino como un llamado a conversión en medio de una crisis nacional.

  • Él escribe que Catalina nunca interpretó los mensajes como denuncias políticas, sino como advertencias espirituales sobre el rechazo de Dios y la decadencia moral de Francia.
  • Esta línea de lectura es explícita en los capítulos donde comenta las consecuencias inmediatas tras la aparición.

    2. René Laurentin – La Virgen María en la historia de la salvación
  • Laurentin explica que la intervención de María en 1830 es parte de un ciclo de advertencias espirituales en un mundo secularizado.
  • Según él, la caída del trono no es el centro del mensaje, sino una señal que invita a leer los acontecimientos desde una clave sobrenatural y profética, no meramente política.

    3. Aydillo Gil, M. (2015). Las tres gloriosas: La revolución liberal burguesa de 1830 en Francia (Trabajo de fin de grado, Universidad de La Rioja). Universidad de La Rioja.

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