Nueve días, una sola oración: la novena milagrosa
La novena a la Virgen de la Medalla Milagrosa es una práctica de fe profunda y sencilla, donde se abre el corazón a las gracias que María prometió. Se trata de nueve días para pedir, agradecer y confiar. Quien la reza con fe, se une al mismo mensaje que la Virgen reveló en 1830: que hay gracias disponibles para todos
El esquema de los nueve días está lleno de sentido, con una estructura simple y profunda, y ha sido recomendado desde los primeros años de la difusión de la medalla.
¿Cómo rezar esta novena?
1. Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
2. Oración preparatoria, que se repite cada día:
Oh Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra, al contemplarte con los brazos abiertos derramando gracias sobre quienes te las piden, llenos de confianza en tu poderosa intercesión, innumerables veces manifestada por medio de tu Medalla, venimos a ti, aunque indignos por nuestras culpas. Te presentamos nuestras súplicas particulares… (hacé tu pedido). Confiamos en que, si es para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas, lo obtendremos por tu intercesión. Amén.
3. Acto de contrición, que también se repite cada día:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, me pesa de todo corazón haber pecado, porque te ofendí a Vos que sos tan bueno y merecés ser amado sobre todas las cosas. Propongo firmemente no volver a pecar y confío que, por tu infinita misericordia, me perdonarás. Amén.
4. La meditación, la cual va a ser una propia para cada día:
DÍA 1 – María te elige como madre
María Inmaculada, al aparecerte a Santa Catalina en la noche silenciosa del 18 de julio de 1830, viniste como una Madre. Te mostraste sentada, con el rostro lleno de ternura, y dijiste: “Hija mía, Dios quiere confiarte una misión.”
Te pedimos hoy la gracia de escuchar tu llamado y responder con generosidad. Que no tengamos miedo de lo que Dios quiera hacer en nuestra vida. Que aprendamos a confiar como Catalina confió.
DÍA 2 – María llora por el mundo
En tu segunda aparición, tus ojos reflejaban dolor. Dijiste que hay mucho sufrimiento en el mundo, y que deseás derramar gracias, pero son pocos los que las piden.
Virgen compasiva, enseñanos a no ser indiferentes ante el dolor. Que sepamos pedir con fe, también por quienes no creen, no esperan, o han perdido la paz. Que nuestras súplicas lleguen a tu Corazón Inmaculado.
DÍA 3 – Tus rayos son tus gracias
Catalina vio rayos de luz que brotaban de tus manos abiertas y bañaban la tierra. Dijiste: “Estos rayos son las gracias que derramo sobre las personas que me las piden.”
María, medianera de todas las gracias, hoy nos acercamos a vos con confianza. Derramá sobre nosotros tu luz: en nuestras familias, nuestras decisiones, nuestras heridas, nuestros miedos. Vos sabés lo que más necesitamos.
DÍA 4 – La inscripción del cielo
Alrededor de tu imagen, Catalina leyó: “Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos.” Vos misma dictaste esa frase, que tantos millones repiten con amor.
Te pedimos, Madre Inmaculada, que grabes en nuestro corazón la certeza de tu protección. Que nunca dejemos de acudir a vos, especialmente en la prueba y la tentación. Vos sos refugio seguro para todos los que recurren a tu auxilio.
DÍA 5 – El pedido de la Medalla
Dijiste a Catalina: “Haz acuñar una medalla según este modelo. Quienes la lleven recibirán grandes gracias.” Y desde entonces, millones han sentido tu presencia a través de esa medalla.
María, que quisiste dejar una señal concreta de tu amor, ayudanos a llevar la Medalla con fe y no solo como un adorno. Que seamos testigos vivos del mensaje que ella transmite: humildad, confianza y gracia.
DÍA 6 – La gran M, la cruz, los corazones
En el reverso de la medalla mostraste una “M” unida a la cruz, con los Corazones de Jesús y María, y las doce estrellas. Un mensaje lleno de sentido y teología mariana.
Madre del Redentor, enseñanos a vivir unidos a la cruz de tu Hijo. Que nuestros corazones ardan como el tuyo, en el amor silencioso, en la entrega diaria, en la fidelidad oculta.
DÍA 7 – Las gracias ocultas que nadie pide
Catalina notó que algunos rayos no llegaban a la tierra. Y preguntó por qué. Vos respondiste: “Son las gracias que las personas se olvidan de pedirme.”
Virgen generosa, despertanos del olvido. Que aprendamos a pedir, a confiar, a agradecer. No queremos que se pierdan tus gracias por falta de súplica. Danos hambre de Dios y sed de lo eterno.
DÍA 8 – La Medalla, semilla de milagros
Apenas difundida, la Medalla comenzó a obrar conversiones, curaciones y consuelos. Fue llamada “milagrosa” no por superstición, sino por el fruto real de tu intercesión.
Madre poderosa, intercedé hoy por nuestras intenciones. Renová en nosotros la esperanza, abrí puertas donde hay cierre, mostranos que tu presencia es real y viva.
DÍA 9 – La Reina que no abandona
María, Reina del cielo y de la tierra, cerramos esta novena con el corazón agradecido. Aun si no vemos resultados inmediatos, creemos que estás obrando. Seguiremos confiando, porque sos Madre fiel.
En la última aparición, te alejaste lentamente en dirección al altar, mientras todo se desvanecía. Pero dejaste tu promesa: “Vendrán gracias abundantes para quienes acudan a este altar.”
5. Oración a la Virgen, se repite cada día:
Oh María, concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a Vos.
(repetir 3 veces)
6. Oración final, también se repite cada día:
Virgen de la Medalla Milagrosa, que apareciste a Santa Catalina Labouré como mediadora de todas las gracias, escucha la súplica que te presentamos llenos de confianza en tu intercesión.
Presentala a tu Hijo Jesús, para que en su nombre obtengamos lo que pedimos con fe. Amén.
7. Por último la señal de la Cruz para cerrar.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Aunque esta novena puede rezarse en cualquier momento del año, es especialmente popular entre el 18 y el 26 de noviembre, en preparación a la fiesta del 27. También se reza con frecuencia en tiempos de enfermedad, angustia, decisiones difíciles o pedidos especiales.
No hay nada mágico en las palabras. Lo que transforma el alma es la fe con que se dicen. Como lo dijo ella misma a Catalina: “Venid al pie de este altar: aquí las gracias se derramarán sobre todos.”
FUENTES
- Artículo publicado con el nombre “Novena a la Virgen de la Medalla Milagrosa“, por Devocionario Católico del sitio web Catholic.net: https://es.catholic.net/
Portal de evangelización católica con respaldo editorial y contenidos revisados por expertos en doctrina y liturgia. - Artículo publicado con el nombre “Novena a la Virgen de la Medalla Milagrosa“ recuperado del sitio web Parróquia Mare de Déu de la Medalla Miraculosa de Barcelona: https://www.medallamiraculosa.org/es/
Sitio oficial de la Asociación Internacional de la Medalla Milagrosa, con sede en París, que promueve la espiritualidad mariana vicenciana en todo el mundo. - “Novena a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa” en PDF recuperado del sitio web Virgen de la Medalla Milagrosa: https://virgendelamedallamilagrosa.com/
Sitio devocional mariano con autorización eclesiástica, centrado exclusivamente en la difusión de la espiritualidad de la Medalla Milagrosa.