Imprimir

Los milagros de la fuente

Por: María Emilia Zuchelli

No se habla mucho de la fuente milagrosa de La Salette, pero existen testimonios confiables de milagros ocurridos gracias a ella.

Uno de estos milagros le sucedió a Antoinette Bollenat, en Avallon. El 12 de noviembre de 1847, después de rezar invocando a Nuestra Señora de La Salette y beber agua de la fuente, se curó repentinamente. El arzobispo de Sens, tras analizar los interrogatorios a los testigos y médicos, declaro la curación como extraordinaria: un milagro con todos los caracteres de lo milagroso.

Otro caso es el del seminarista Martin, un clérigo ejemplar y de entera confianza. Desde hacía tiempo sufría un dolor continuo en la pierna izquierda, lo que le impedía participar en los actos de la comunidad. El primero de abril de 1849 comenzó una novena a Nuestra Señora de La Salette. Ese mismo día, a las seis de la tarde, su director espiritual le dio a beber un frasco con agua de la fuente. Una hora después, ya caminaba con normalidad y subía y bajaba escaleras corriendo.

Este milagro fue confirmado por el obispo de Verdún, Luis Rossat, quien declaro que la curación fue instantánea y absolutamente cierta, además de muy difícil de explicar por medios naturales.

Otro hecho igualmente extraordinario fue el de Madame Bonnet, quien padecía una enfermedad considerada incurable. Esta dolencia fue examinada atentamente por el Doctor M. Kemmerer, quien certificó la imposibilidad absoluta de su curación por medios humanos. Tras realizar una novena a Nuestra Señora de La Salette, Madame Bonnet recuperó la salud.

Este milagro fue reconocido por el obispo Clemente, de La Rochelle y de Saintes, el 12 de enero de 1855. Luego de escuchar numerosos testimonios sobre la curación repentina, declaró que no podía atribuirse a otra causa que una intervención sobrenatural.

FUENTES:

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Tabla de contenidos