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Mélanie Calvat: la pastora de La Salette

Por: María Emilia Zuchelli

Mélanie Calvat nació el 7 de noviembre de 1831 en Corps, un pequeño pueblo de montaña en Francia. Era la cuarta de diez hermanos en una familia tan humilde que, desde muy pequeña, tuvo que trabajar como pastora para ayudar en la casa. Cuidaba vacas en las aldeas cercanas a La Salette, y aunque no sabía leer ni escribir, hablaba el dialecto regional (el occitano) con soltura. El francés, en cambio, no lo dominaba bien.

El 19 de septiembre de 1846, cuando tenía apenas 15 años, Mélanie fue testigo, junto a su compañero de pastoreo Maximino Giraud (de 11 años), de la aparición de la Virgen María en La Salette y fueron elegidos para recibir un mensaje.

Tras la conmoción por la aparición, Mélanie entró en la vida religiosa. A los 20 años ingresó en el convento de las Hermanas de la Providencia y en 1851 tomó el velo bajo el nombre de Sor María de la Croix. Pero su historia estaba lejos de volverse tranquila. La joven continuó transmitiendo los mensajes de la Virgen —especialmente sus advertencias sobre la corrupción, la masonería y el alejamiento de la fe—, lo cual no cayó nada bien en ciertos círculos políticos. Muchos obispos le prohibieron seguir difundiendo sus palabras por temor a incomodar a Napoleón III.

La situación se tornó tan tensa que Mélanie tuvo que abandonar su comunidad y fue enviada a otros conventos, pero ninguna estadía duraba mucho: su fuerte carácter y su fidelidad inquebrantable al mensaje de La Salette generaban tanto devoción como controversia. Su camino apenas estaba comenzando.

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