La tercera aparición en Lourdes: cuando la Virgen habló por primera vez a Bernadette
“La Señora solo me habló la tercera vez (…) también me dijo que no me prometía hacerme feliz en este mundo, sino en el otro”
Tras la segunda aparición del 14 de febrero, Bernadette no lo pasó bien. En la escuela las niñas se burlaban de ella y los adultos la llamaban loca, diciendo que todo era una ilusión. Además, otros le aconsejaban olvidarlo.
Pero había alguien que no estaba dispuesta a conformarse con rumores. Se trataba de la señora Jeanne-Marie Milhet, una mujer opulenta y de fuerte carácter, que había sido criada del señor Milhet antes de convertirse en su esposa. Empleaba a la madre de Bernadette y, tras interrogar a la niña, decidió que debía acompañarla a la gruta de Massabielle. Tanto insistió que logró convencer a la madre, y fijaron el jueves 18 de febrero para la visita.
Ese día, la señora Milhet pasó a buscar a Bernadette acompañada por su modista, Antoinette Peyret, y durante el trayecto, le repitió con insistencia lo que debía preguntar a la misteriosa aparición.
Al llegar, Bernadette se arrodilló sobre una piedra plana frente a la hornacina. Antoinette se colocó a su izquierda y la señora Milhet a su derecha. Apenas iniciado el rezo, la niña murmuró emocionada:
«Qu’ey yé! (Ella está aquí), murmuró Bernadette apenas iniciado el rezo.
Las dos mujeres escrutaron la gruta sin lograr ver nada. Mientras Bernadette avanzaba las cuentas del rosario en silencio, ellas también comenzaron a rezar. Al terminar, Antoinette se inclinó hacia la niña con unas hojas en la mano:
«Vamos a hablar a esta señora… Pregúntale a la señora qué quiere y pídele que lo ponga por escrito»
Bernadette obedeció. Avanzó unos pasos hacia la hornacina, pero de pronto levantó la mano en un gesto firme, indicándoles que no la siguieran. Subió un poco más, se puso de puntillas y, con una sonrisa sorprendida, extendió papel y pluma hacia la figura luminosa:

«Boulet aoue era bouentat de mettre vostre noum per escriout?» (¿Tendría la bondad de poner su nombre por escrito?)
La maravillosa muchacha blanca se echó a reír, en vuelta en su propia luz. Era una risa benévola. Bernadette, contagiada, rió también. La risa de Aqueró terminó en una sonriente respuesta:
«N’ey pas necessari.» (No es necesario.)
De ese modo, esa fue la primera vez que la Virgen le hablo. Aquella voz fina y suave le aseguraba que no se trataba de una ilusión. Aqueró, más real aún que todo aquello y más presente, la bella mujer volvió a hablar:
«Boulet aoue era gracia de bié aci penden quinze dias?» (¿Quiere tener la cortesía de venir aquí durante quince días?)
Bernadette respondió de corazón y a la promesa, la Señora añadió otra:
«Non proumeti pas deb hé urousa en este mounde, mès en aoute.» (No prometo hacerla feliz en este mundo, sino en el otro.)
Mientras tanto, las dos acompañantes, que esperaban cerca de la entrada, se impacientaban. No escuchaban nada de la conversación y al ver bajar a la niña la interrogaron con frustración:
– ¿Y qué ha pasado?
– Se ha echado a reír.
– ¿Se lo has dicho bien?
– Sí.
– ¿No te ha contestado nada?
– Me ha pedido que venga durante quince días.
Ese día comenzó para Bernadette un verdadero camino espiritual: cada encuentro sería un paso más en un itinerario secreto. Sus padres, temerosos del revuelo en el pueblo, intentaron impedirle regresar. Pero el peso de la promesa superaba cualquier advertencia.
FUENTES
- Sección “Las apariciones” del sitio Sanctuaire Notre Dame de Lourdes. Sitio Web: https://www.lourdes-france.com/es/
- Artículo de Wikipedia llamado “Nuestra Señora de Lourdes” Sitio Web: https://en.m.wikipedia.org/wiki/Main_Page
- Libro “LOURDES, relato autentico de las apariciones” por René Laurentin (pág. 56 – 73).