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El ayuno de la dormición de la Madre de Dios

Una devoción ortodoxa que los católicos tambien deberían practicar

Por: Tamara Yevtushenko

Hoy comienza el Ayuno de la Dormición de la Madre de Dios, un periodo de 14 días que culmina el 28 de agosto, día de la Dormición de la Madre de Dios. Durante estos días, nos abstenemos de consumir productos derivados de los animales, como carnes, lácteos, quesos y huevos. Este ayuno es menos estricto que el de la Gran Cuaresma, pero más riguroso que los ayunos de Navidad y los Apóstoles. La regla principal es que no se debe comer pescado, excepto el 19 de agosto, en la Fiesta de la Transfiguración del Señor.

Como siempre, es recomendable consultar con el padre espiritual sobre cómo llevar a cabo el ayuno de manera adecuada. Sin embargo, es importante recordar que el ayuno no debe entenderse como una dieta. Su propósito va más allá de la abstinencia física, ya que afecta tanto al cuerpo como al alma.

El ayuno no consiste únicamente en evitar ciertos alimentos, sino en también abstenerse de actividades que no favorecen el crecimiento espiritual, como salidas festivas (ir al cine, bailar, etc.). En su lugar, debemos aprovechar este tiempo para dedicar más atención a las obras de misericordia, la limosna y asistir con mayor frecuencia a los oficios, es decir, para practicar las virtudes evangélicas.

Cada uno de nosotros lucha con sus propios pecados, algunos de los cuales pueden dominarnos hasta convertirse en pasiones. Los Santos Padres enseñan que el remedio para cada pasión es practicar la virtud opuesta. Esto es algo que debemos hacer durante todo el año, pero cuando nuestra indolencia nos impide avanzar, el periodo de ayuno se presenta como una oportunidad especial para lograrlo, sin excusas.

¿Por qué ayunamos antes de la Fiesta de la Dormición de la Madre de Dios?

La Virgen María, inmaculada y pura, vivió su vida en completa abstinencia, y el ayuno era una parte fundamental de su existencia. Según las tradiciones, incluso se dice que Ella observaba el ayuno durante toda su vida. El significado de este ayuno es, por lo tanto, imitar a quien fue el ejemplo de abstinencia perfecta. Al ayunar, nos unimos espiritualmente a la pureza y la abstinencia de la Madre de Dios, lo cual representa la mejor preparación para celebrar Su Dormición.

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