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Su Coronación como Reina del Cielo

Cuando María fue elevada al cielo en cuerpo y alma, al ser la madre de Jesús, María fue preservada de la muerte común y fue llevada directamente al cielo. Este evento simboliza su pureza y cercanía con Dios, al ser la elegida para ser la madre del Salvador. Su Asunción muestra la perfección de su vida y su papel único en la historia de la salvación.

Tras ser asumida al cielo, María es coronada Reina del Cielo, lo que significa que ocupa un lugar de honor y autoridad en el reino celestial. Como madre de Jesús, María no solo es venerada por su pureza y fe, sino también por su papel fundamental en la salvación del mundo. La coronación simboliza su realeza espiritual, al ser reconocida como la figura maternal más cercana a Dios.

Este acto de coronación no solo es un homenaje, sino que también destaca su papel como intercesora ante Dios. María, como Reina, intercede por todos los creyentes, mostrando su amor y protección maternal. Ella nos guía con su ejemplo de fe y nos acerca a su hijo, Jesús.

La Asunción y la Coronación de María reflejan su elevación a un lugar especial en el cielo, donde su rol de madre y reina es reconocido, honrado y celebrado por toda la Iglesia. Estas festividades se contemplan en los últimos misterios gloriosos del Rosario, donde se medita sobre su Asunción en el cuarto misterio y su coronación como Reina del Cielo en el quinto misterio. La coronación de María no es solo un honor personal, sino un reconocimiento de su participación única en la obra de la Redención (Padre Ricardo del Campo, 2021).

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