Por: Elidé Marisel Rojas
Akita, Japón. En un convento apartado del norte japonés, una historia inesperada marcó profundamente la vida de una religiosa y dejó a Japón y al mundo con más preguntas que respuestas. Su nombre es Sor Agnes Sasagawa, una monja, y fue ella fue quien aseguró haber recibido mensajes directos de la Virgen María, en medio de fenómenos que desafiaron toda explicación lógica.
En 1973, mientras vivía con sordera total, Sor Agnes escuchó una voz celestial proveniente de una estatua de madera de la Virgen. Desde entonces, esa imagen comenzó a sudar, sangrar y llorar, llegando a derramar lágrimas 101 veces durante más de seis años. Cientos de testigos —incluso no creyentes— lo presenciaron.

Según relató la religiosa, la Virgen le entregó tres mensajes que hablaban de oración, conversión y tiempos difíciles para la humanidad. No eran amenazas vacías, sino un llamado urgente: la humanidad se estaba alejando de Dios. Y si eso no cambiaba, vendrían consecuencias graves.
La Iglesia no ignoró el caso. En 1984, el obispo John Ito reconoció la naturaleza sobrenatural de los hechos. En 1988, el entonces cardenal Joseph Ratzinger (luego Papa Benedicto XVI) validó su credibilidad. Poco después, Sor Agnes fue milagrosamente curada de su sordera, una condición que, según los médicos de la época, no tenía cura. Además, se atribuyó otro milagro a la Virgen de Akita en Corea del Sur.
Hoy, Akita no solo es un lugar en el mapa, sino un llamado urgente que sigue resonando con fuerza, especialmente para quienes aún creen que el cielo habla… aunque no siempre como esperamos.
FUENTES:
de Akita, R. D. L. V. Nuestra Señora de Akita. http://www.mariologia.org/apariciones/apariciones15.pdf