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El interrogatorio del párroco

Lo ocurrido a las cuatro niñas llegó muy pronto a oídos del párroco, don Valentín Marichalar, quien se molestó mucho. Durante la mañana del lunes 19 de julio, se fue directamente a hablar con las niñas. El hecho que había sucedido la noche anterior traía al padre preocupado y nervioso.

El Padre espero a que las niñas terminaran el horario escolar y fue a hablar primero con Jacinta y Mari Cruz, quienes se encaminaban juntas a casa, las abordó sin dudarlo un momento y les dijo:

«¡A ver, a ver! ¿Es verdad que visteis al Ángel?»

Ellas contestaron a la vez: «¡Sí, señor!»

Pero el Padre no les creía: «No sé, no sé si nos engañáis»

Ellas sonriendo añadieron: «¡No tenga miedo que hayamos visto al Ángel!»

El párroco quedó sorprendido por la calma y seguridad con que le hablaban las pequeñas. Pensativo y preocupado las dejo irse y marcho en busca de Conchita. Esta ya estaba cerca de su casa cuando la encontró Don Valentín y le dijo: «Conchita, sé sincera, ¿qué visteis anoche?»

Conchita le conto todo lo ocurrido mientras él la escuchaba palabra por palabra. Y al final no encontró nada reprobable en el relato ni contradicciones respecto al de las otras niñas. Le ordenó sin más a Conchita que, si otra vez viera a este misterioso «ángel», le preguntase «quién es y a qué viene».

Así se dirigió en busca de la última niña vidente, a lo de Mari Loli, con la intención de corroborar los relatos de las cuatro y si coincidían o no.

Claramente los cuatro relatos coincidieron hasta en los más pequeños detalles y Don Valentín quedo impresionado. No encontró motivos para censurar a las niñas y termino concluyendo en esperara dos o tres días para ver que sucedía.

Y sí que sucedió…

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