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Un trocito del cielo

Luego de las primeras apariciones en la Calleja, las niñas videntes comenzaron a llamar a ese lugar empinado y pedregoso “un trocito de cielo”.

Así lo escribe Conchita en su diario:

“Y muy contentas nos fuimos a ese lugar llamado Calleja (un trocito de cielo)”.

Aquel rincón del pueblo adquirió para ellas un significado muy especial. De hecho, la mayoría de las primeras apariciones del ángel y de la Virgen tuvieron lugar precisamente allí.

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